La prepotencia del poder, la impunidad de sus favoritos de turno, y la persistente violación de leyes desde ese lugar, van propagándose como un veneno fatal matando las bases y códigos, hasta llegar a los peores excesos.
Cristina Kirchner debería desde su responsabilidad institucional, “descubrir” que no aporta soluciones de fondo, se va en aprontes y discursos, pero no arregla el gran problema del hambre, el desempleo y la corrupción y solo se encarga de aumentar impuestos a más no poder. Lo mismo digo que correspondería para su esposo, que carga con la misma responsabilidad institucional de su investidura de ex presidente, quien viene avanzando desde su impunidad, prepotencia y supremacía, pero ninguno de los dos asumirá que ha sido su impericia, su incoherencia, su soberbia y su falta de sentido común, las verdaderas causas de la decadencia y el fracaso.
Se olvidaron de las prioridades, si tuviéramos una tabla de posiciones no sabrían cual va primero: si los negocios en los que se enrolan o la salud publica, la inclusión social o la educación, por no citar más que tres de los aspectos que forman las bases en las que cualquier sociedad que se precia de sana y fuerte debe pararse.
Por lo tanto Señor y Señora Kirchner, si un país que se dice democrático y que además, tiene una constitución basada en el respeto, en la igualdad ante la ley para todos los ciudadanos cualquiera sea su raza, religión, ideas políticas, condición social o poder adquisitivo, se supone que todas estos componentes son el fondo y el basamento institucional sobre el que se asientan las formas, o sea, las leyes y ordenanzas especificas que reglamentan esos principios fundamentales.
¿Qué sentido ético, moral, político tiene entonces la indiferencia a la justicia, la seguridad, el maltrato, el hambre por abandono social, la salud y ni hablar de la educación? ¿Habrá algo más urgente que atender de una buena vez a los desnutridos?
¿Cómo es posible que por este patético gobierno y los que precedieron, que sino fuera por el deporte, el arte, grandes pensadores, la ciencia, lo único que sabrían en el mundo de nuestra Argentina sería saqueos, corralitos, aeropuertos fantasmas, desaparecidos, tortura, dictadores, corrupción y valijas misteriosas?
Sepan que la esperanza sigue siendo el instinto de auto conservación, que el ser humano ha sacado a relucir en los momentos más críticos de la historia, y que ha permitido sacar fuerzas de flaquezas y reconstruirse de las peores catástrofes.
El voto es el arma más efectiva que el pueblo tiene para expresar su voluntad, premiar aciertos, castigar errores y corregir equivocaciones.
Como ciudadanos decimos que aprendimos la lección, estudiaremos atentamente los antecedentes de cada candidato, partido y alianza, para dejar bien en claro cuales son las diferencias entre lo prometido, lo esperado, lo posible y lo necesario. Ahora aparecieron algunos viejos reciclados que se llaman nuevos y que dicen ser distintos, pero siempre fueron lo mismo y lucraron de la peor manera a los pobres. No vamos a tener mas resultados decepcionantes y catastróficas.
La prueba y el error son las mejores maneras de pasar por esta breve vida, y si somos buenos en lo nuestro, que lo digan los otros y no nuestra vanidad y prepotencia.
Lo importante de este resultado y trayectoria política, habla por si sola. Tantos desocupados, hambrientos y arruinados son la peor crítica “constructiva” de este gobierno.
Jorge Ulises Muñoz
Militante de la Coalición Cívica
Militante de la Coalición Cívica
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