A lo largo de 40 meses, durante la década del 30, un arquitecto de origen siciliano sembró el sudoeste de la provincia de Buenos Aires de edificaciones tan bizarras como monumentales. Sólo construía mataderos, cementerios y palacios municipales. Para poblar la pampa de estas demenciales moles futuristas su gran aliado fue el hormigón (“la piedra líquida”).
y claro como no me habrian de resultar conocida si durante mi adolescencia en los momentos de ocio habia estado largas horas sobre unas de sus obras, el edificio de nuestra municipalidad. y no solo este edificio es de su autoría sino el edificio ocupado en la actualidad por el centro de la cultura (ex mercado municipal) el cual por años admire desde afuera cuando estaba cerrado y cada vez que hoy en dia entro no me canso de admirar.Mario Markic, en sus relatos dice cuantas veces miramos sin mirar, y sin saber el valor historico que nos rodea. Sabia ud. que en la actualidad mucha gente de europa viene a nuestro país maravillados por su obra, y muchos de nosotros sin saber no le damos la importancia que se merece...
Verónica Agüero
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